Quizá porque cuando comenzamos tenemos en mente una figura de escritor tal vez un poco peliculera o literaria, los errores que cometemos en nuestros comienzos suelen ser garrafales, épicos, monumentales, y lo peor, que puede que ese error de principiante nos persiga, si no toda la vida, por lo menos unos cuantos años y nos lastre en futuras publicaciones.
Vale, me he puesto en lo peor, pero, seamos sinceros, cuando esto te pasa, crees que es lo peor que te puede pasar y que solo te pasa a ti.
No. Nos pasa a muchos.
Y quizá ahora hay más información, tienes ejemplos entre tus amistades literarias o puede que leas artículos como este que lleva un enorme “DANGER” rodeado de explosivos marca ACME.
Hay peligro y voy a comentarte mi caso personal para poner un ejemplo.
Estaba yo tan contenta con mi flamante libro recién terminado y así, a la ligera, lo fui enviando a las editoriales; sí, sin corregir siquiera. La vida está hecha para los valientes.
Obviamente no tuvo ni que durarles dos capítulos.
Ante la “injusta” desestimación de mi obra de arte me decanté por la auto-publicación.
¿Por qué no? Si hasta Dickens se auto-publicó…
En fin, como de milagro accedieron a publicar mi libro, sin invertir ni un duro, con una buena web en la que venderlo y con impresión bajo demanda.
Me pareció genial, así que… envié mi libro.
Yo, nueva, recién estrenada en redes sociales y en este mundillo literario-festivo, envié mi libro así, a la buena de dios, creyendo que la editorial se encargaba de todo.
La sorpresa fue cuando tuve el primer número en mis manos.
No habían corregido nada, no habían maquetado nada en absoluto, el fresado del libro era bastante mejorable y la edición muy, pero que muy económica.
Estoy siendo diplomática, no sé si lo habéis notado.
Y allá me fui con mis ejemplares debajo del brazo a encontrar librerías que me lo quisieran vender. Ay dios…a positiva no me gana nadie.
Siempre en este camino pedregoso te encuentras con almas caritativas que te miran a los ojos y te dicen aquello que nunca querrías oír, pero que es necesario que te digan; “esto es una mierda, pero tiene potencial y una preciosa portada, habla con Fulanita y arregla eso, anda”.
Y así es como publiqué mi primer libro con la editorial ACEN, que se mojó conmigo pese a estar el libro en la web de otra editorial.
Pude retirar el libro de la venta, darme cuenta de que aquella editorial, en el fondo, solo había publicado lo que yo, desde mi inexperiencia le envié, y volvimos a comenzar con presentaciones, una edición cuidada, entrevistas en radio y TV locales…un sueño hecho realidad.
Mi libro, mi primer libro en una librería. Ahora hay que seguir creciendo hasta llegar a los escaparates. ¡ejem ejem!
Por pequeña y alternativa que sea esa editorial vas a recibir una ayuda que de otra forma no podrías obtener, porque seamos sinceros, por muy crítico que seas con tu libro y por exigente que seas al escribir, llega un momento que estás tan dentro, tan metido, que llegarás a no ver los fallos, ni las faltas de ortografía, ni la mala posición de las comas, ni las frases discordantes, ni los anacronismos mal realizados, ni las mudas temporales que no encajan, ni las “rayadas” mentales que puedes llegar a tener en medio del momento creativo….
Dicen que hay que escribir con el alma y corregir como si no tuvieras corazón… y eso en un autor es casi imposible.
Un editor te ayudará en eso, sobre todo si estás comenzando y si no eres un “lumbreras” de la literatura… y aunque lo seas, necesitas una opinión experta y externa a ti, no la opinión de tus amigos y familiares a los que posiblemente les encante cada línea.
Cuando ya tengas cierta experiencia quizá puedas volar solito, pero para comenzar, en esta ardua tarea, creo necesario contar con un equipo que vaya guiando tus pasos, aconsejándote, poniéndote las cosas fáciles, que te ayude a estar en presentaciones en distintas ciudades o a promocionarte al menos en tu ciudad que es donde mayormente comenzarás a ser conocido.
Para volar solo, antes has de tener un buen colchón, y eso pasa por tener una editorial cercana y formar un buen equipo.
A partir de ahí, el futuro puede ser tan prometedor como quieras que sea mientras sigas trabajando y aprendiendo, tú siempre podrás elegir las opciones pero, como en todas los aprendizajes, puedes tener a alguien que guie tus pasos y no te deje caer, que te dé esas alas y esas herramientas que te ayuden a crecer como autor, y esos consejos que puede que, solo alguien, comprometido y cómplice, que quiera ganar tanto dinero y vender tantos o más ejemplares que tú, te puede dar.
Desde entonces he publicado varias cosillas en Amazon y colaboro con diferentes medios.
Con “Rosa de los vientos”, mi segunda novela, me adentro en la intimidad de las escritoras noveles; en los miedos, sueños, esperanzas y en la superación constante que toda creación conlleva.
Con mi trabajo trato de afianzarme dentro del panorama nacional junto a toda una nueva generación de escritores independientes que luchamos por ser leídos.
NINA PEÑA PITARCH
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