Entrevistando a: Ángel M. Castillo

Ángel Manuel Castillo de las Peñas nació el 3 de noviembre de 1982 en Madrid.
Licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y C.A.P. en Lengua y Literatura española por la UCM.

Ha sido premiado en diferentes certámenes literarios y ha participado en más de una veintena de antologías.
Entre los galardones destacan el Segundo Premio del I Certamen de Poesía Gloria Fuertes de Usera con el poemario La vieja Rosario (Crónica de un barrio) (2017). Primer y Segundo Premio respectivamente del XXV y XXIV Concurso de Poesía de Primavera de Les Clotes Luis Chamizo con el poemario Brotarán candelas de la encina (2017) y El emigrante (2016). Ganador del I Concurso de microrrelatos Arcadia con Ciudad oculta y Radiografía de ciudad (2016). Primer Premio del XV Certamen Cultural Ibérico Jóvenes Artistas con el relato El rojo del cerezo (2015).
Ganador del I Concurso Ilumináfrica con Barcos de Celulosa (2015) y del certamen de microrrelatos de Navidad del diario ABC con Esencias (2015). Ganador del IV concurso de microrrelatos románticos ACEN con Siete besos.

Otras novelas del autor: Parecían sombras (2014), Donde habita el silencio (2015)
Ahora este mes de octubre nos presenta la que es su última novela “Las sirenas no saben nadar” un novela sorprendente en la que puede leerse, entrelineas, sobre la ferocidad del ser humano, lo difícil de sus relaciones y la amplitud de sus fantasías.

N- De entre todos los personajes mitológicos que podías elegir para esa parte de fantasía, ¿por qué la sirena? ¿Qué simbolismo tiene para ti?
A-Para mí como para muchos el mar es algo mágico. Es allí donde encontramos la profundidad del ser, el origen de todo. Lo desconocido. La sirena es un personaje que desde siglos ha sido protagonista en la literatura. La cita con la que abro el libro es de La Odisea y allí se habla de cómo las sirenas con su belleza, su hipnotismo y su canto embelesan a los marineros hasta que los matan. El símbolo de lo prohibido y a su vez de lo extraño.
Además las sirenas en la Antigüedad clásica realmente eran aves y no peces. Las aves representan la libertad, volar a algún lugar. Y eso es lo que pretendo con la novela, que el lector surque la profundidad del mar, la profundidad de los sentimientos humanos y vuele, vuele a un mundo mejor.
Todo eso representan las sirenas en la obra: libertad, misterio, realidad y fantasía. Además el título es contradictorio: ¿Las sirenas no saben nadar? Habrá que descubrir el porqué.

N- A mí, personalmente, me ha gustado mucho el choque brutal que parece haber entre dos modos de vida, el del progreso y el de la sencillez, retratados perfectamente entre los personajes que quieren hacer crecer el pueblo y el del farero, que se mantiene en su trabajo ya casi obsoleto.
A- Es el momento que atravesamos. Por un lado la modernidad que corre a velocidad del rayo, todo está siendo sustituido por máquinas y estamos de alguna manera deshumanizando nuestro entorno. En muchas cosas estas máquinas nos ayudan pero en otras creo que perdemos sensibilidad en la manera de hacer las cosas. Me gusta pensar que el ser humano aún es necesario, a pesar de sus maldades, en la novela digo esto: “La televisión no mató a la radio, ¿qué sería de las largas noches en vela si la radio no existiera? ¿Y qué sucedería si los viejos no hubieran difundido el sabio refranero? El campo necesita ciencia pero también necesita sabiduría popular: las cabañuelas, la fase lunar, el refranero. ¡Lo viejo no debe morir!
Lo nuevo no debe sustituir a lo viejo, ambos deberían convivir y es enriquecedor.

N- Personalmente también me ha subyugado la prosa del libro, las bellas descripciones de un pueblo de mar que evocan sentimientos, intercaladas en diálogos más largos que parecen llevar la acción del relato. ¿Qué peso específico tienen para ti ambas partes en tu novela?
A-Justamente son dos de las cosas que esta vez he querido remarcar mucho en Las sirenas no saben nadar: las descripciones y los diálogos.
La acción se desarrolla en su mayor parte a través de los diálogos de varios personajes porque se puede decir que no hay un protagonista de carne y hueso, todos son parte de la obra y si tenemos que hablar de un protagonista, ese sería el pueblo de Belladona. Algo así como en Fuenteovejuna. Mi manera de contar va cambiando y lo que antes me parecía complicado ahora me reconforta, me siento muy cómodo con los diálogos de hecho cuando escribo pienso como si estuviera en una película u obra de teatro, me encantaría que alguna de mis obras se viera representada en algún teatro, ¡directores/as soy todo oídos!

N- ¿Qué hay de Ángel en Duarte?
A- Intento separarme todo lo posible de mis personajes, cierto es que para un autor es difícil no caer en la tentación de contar cosas que a él le suceden pero de Duarte hay poco en mí. Es un ser solitario porque la vida le ha pegado fuerte, apenas confía en nadie y pocas cosas buenas le pasan. No me gustaría estar en su pellejo. Creo que he conseguido distanciarme de ellos. Aunque seguramente hay cosas mías, mejor que me las digan los lectores cuando acaben de leerla.

N- En el libro se aprecia una buena documentación sobre el mar, sobre la vida marítima, sobre simbología y mitología que aportan verosimilitud al relato. ¿Cómo te documentas, Ángel?
A- El proceso de documentación parte de dos áreas fundamentales: mis viajes e Internet. Me gusta descubrir escenarios y plasmarlos en mis novelas, en mi primer libro, Parecían Sombras, hablo de Brasil sin haber pisado la tierra carioca, me gusta que los lectores creyeran que conocía a la perfección Rio. Internet es un buen medio para el escritor, puede viajar y descubrirlo todo con un simple click. Después viene desarrollarlo, y eso es más complejo.

N- Has ganado muchos premios a lo largo de tu recorrido profesional. ¿Crees que hoy en día es una buena forma de darse a conocer?
A- Todo vale. Cierto es que el conseguir premios te hace conocer un círculo literario interesante, vas cogiendo hábitos y sabes qué hay cosas que pueden llegar según cómo las cuentes.
En mi opinión, a no ser que sea un Planeta, estos certámenes no te empujan al éxito pero sí que ayudan a entrar en escenarios literarios. Más bien, diría yo que Internet, una vez más, es el medio que más ayuda para difundir tus escritos; las redes sociales son un gran medio para hacerlo, sin ellas sería complicado avisar de presentaciones y comentar tus obras. Son una maravilla y una gran forma de moverte en este mundo.

N- Estudiaste periodismo y eres autor de tres novelas. ¿Crees que la literatura y el periodismo, en esta época convulsa, de redes sociales, blogs y nuevas tecnologías, es también una profesión que se va diluyendo en corrientes alternas y luces formidables, como la del farero de tu novela?
A- El periodismo se diluyó como el chapapote en el mar, poco queda de lo que antes era escribir una noticia o narrar una noticia. Pero por otra parte, como bien dices, con las redes se ha enriquecido de otra manera a la vez fascinante, la inmediatez y las nuevas formas.
El nuevo periodismo es como un satélite que guía a los nuevos barcos, los faros van apagándose, pero siempre habrá marineros a los que guiar y fareros que escriban mientras las olas susurran nuevos horizontes. El mar, como la vida, necesita faros que alumbren y libros que nos hagan soñar.

N- La cabeza de un autor nunca puede parar ¿Tienes planes literarios inmediatos?
A- Lo primero, presentar esta tercera novela: Las sirenas no saben nadar, el 7 de octubre en Madrid y después en otras ciudades como Barcelona. Y mientras tanto ya estoy comenzando a hilvanar un cuarto libro del que ya tengo bastantes ideas. Además estoy tocando otros campos como la poesía , tengo un poemario presentado a un certamen el cual quizás me anime a publicar en un futuro. Y hasta una obra de microteatro, me gusta probar con más cosas que no sean solamente novela. Mientras tanto, probando suerte con certámenes interesantes.

 

Nina Peña Pitarch
Nací en Castellón, en 1970. En 2016 publiqué mi primera novela “¿Cómo que a qué huelen las nubes?” un libro divertido y feminista sobre mujeres de hoy.
Desde entonces he publicado varias cosillas en Amazon y colaboro con diferentes medios.
Con “Rosa de los vientos”, mi segunda novela, me adentro en la intimidad de las escritoras noveles; en los miedos, sueños, esperanzas y en la superación constante que toda creación conlleva.
Con mi trabajo trato de afianzarme  dentro del panorama nacional junto a toda una nueva generación de escritores independientes que luchamos por ser leídos.

NINA PEÑA PITARCH

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