Hoy entrevistamos a Querubina Meroño con motivo de la publicación de su libro Y a la de trece va la dormida.
Buenas, Querubina. Cuéntanos, ¿Cómo te sientes ante la publicación del libro?
Muy contenta. Al principio estaba como en una nube, no me lo podía creer. Luego me empezaron las inseguridades, sentía un cosquilleo en el estómago, me entró miedo a no estar a la altura, a que el libro no gustase, pero ahora estoy muy ilusionada, con muchas ganas de que la gente lo lea y disfrute tanto como yo he disfrutado escribiéndolo.
¿Qué nos puedes contar sobre el libro?
Es un libro de relatos en el que hay un poco de todo. Son historias cotidianas, tratan de la vida misma y cuyo nexo de unión es el humor.
Comienza con un microrrelato “La fiesta de la espuma” al que le tengo un especial cariño, no solo porque ganara el IV concurso del Certamen de microrrelatos de Asociación Valenciana de Escritores y Críticos literarios (CLAVE), sino porque fue un antes y un después para mí, me di cuenta de que lo que escribía llegaba a la gente.
Luego siguen una serie de relatos que se leen sin esfuerzo, hasta llegar a la novela “Algo más que dormida” que en tono de humor negro habla de que cualquier persona en un momento determinado puede actuar de una forma no adecuada. Habla también de amistad incondicional, de nuevas oportunidades, de la soledad de los ancianos, de la convivencia entre distintas generaciones y de que las cosas nunca, o muy pocas veces, salen como uno quiere.
Este libro lo que pretende es entretener, sacar una sonrisa o una carcajada e incluso en algún momento hacerte pensar, en definitiva es un libro para que después de leerlo te sientas mejor.
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¿Cómo fue el proceso de creación?
Los microrrelatos fueron escritos a raíz de los cursos de escritura y el resto de los relatos han sido reunidos a lo largo de los años.
¿Cuál fue tu inspiración?
La inspiración está alrededor: en la calle, en las noticias, en la familia y en mi propia historia. La idea de la novela me llegó por casualidad al pasar por una peluquería y ver a una señora mayor dormida en el escaparate. Llegué a casa y comencé a escribir. Durante las semanas que duró este proceso me lo pasé genial. Me reía sola primero al imaginármelas y luego al escribir algunas escenas. Cuando terminé se la pasé a mi hijo y le gustó y después de sus críticas corregí y la guardé en un cajón. El verano pasado la volví a sacar, la corregí de nuevo y otra vez la guardé. La di a leer a dos personas más y les gustó. Ellas fueron las que me animaron para que lo mandase a la editorial.
¿Qué hay de ti en ese libro?
Aunque no lo pretendas, siempre hay algo de ti en lo que escribes. Una historia inventada puede tener como detonante un recuerdo de niñez, un olor olvidado, un sabor familiar y tus propias vivencias.
¿Tienes más proyectos?
Sí. Tengo muchas historias escritas y muchas más en la cabeza.
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