Hoy conoceremos un poco mas sobre Josep Amorós, autor de Selfies, tigres y miralls.
¿Cómo te sientes ante la publicación del libro?
Sobre todo, emocionado. He publicado anteriormente en ediciones de varios autores. y, también, publico cada semana un relato en el medio donde colaboro, Tot Sant Cugat. Así como artículos de opinión en varios de los medios del grupo Tot Media. Pero todo el proceso vivido con este primer libro en solitario, desde las ideas iniciales hasta el repaso de las galeradas. Desde las correcciones, hasta la espera de los primeros ejemplares impresos. Desde las interminables lecturas y relecturas, hasta las presentaciones. Culmina en un momento de indescriptible emoción, que será la apertura de la caja que me envía la editorial con los ejemplares recién impresos. Leer por primera vez mis relatos sobre la forma icónica de un libro, tan nuevo que ya puedo oler la tinta de cada palabra impresa en sus páginas.
¿Qué nos puedes contar sobre él?
Es un libro de relatos, que reúne propuestas de relaciones llevadas al límite. Teléfonos móviles omnipresentes en una época que ha cambiado profundamente la forma en que nos comunicamos. Encuentros clandestinos en lugares de culto. Y el grito angustiado de unos personajes llevados al límite de sus sentimientos. Personajes intensos, directos, cínicos o encantadores, narcisistas tal vez. Tigres de papel que te acompañarán por caminos, reales o imaginarios, cotidianos o fantásticos, hasta finales inesperados.
¿Cómo fue el proceso de creación?
De los ocho relatos que componen el libro, dos son más largos; y cronológicamente son el primero y el último que escribí. Del uno al otro va casi un año, durante el cual nacieron todos los demás. El proceso de creación de un cuento no siempre es el mismo. Con frecuencia tiene algo de casual, de inesperado. Algo que ha ocurrido llama tu atención, y unas veces lo escribes prácticamente de una sentada, y otras necesitas escribirlo una y otra vez hasta conseguir lo que buscabas. Tengo que confesar que, cada vez que releo uno de mis relatos, cambiaría cosas. Pero finalmente hay que admitir que ningún relato está acabado hasta que alguien lo ha leído. Entonces deja de pertenecer al autor para ser de cada uno de los lectores. Tal vez por eso mismo nadie lee nada mío hasta que no se publica, a excepción, de los correctores y mi querida editora.
¿Cuál fue tu inspiración?
En un libro de relatos hay distintas inspiraciones. Aunque, si he reunido precisamente éstos y no otros es porque tienen un nexo común. Vivimos un momento apasionante, en el que tanto en la literatura como en el arte, las empresas o la sociedad en el sentido más amplio, convivimos tres generaciones: baby boomers, generación X y millennials. Yo soy de los primeros, los hippies, una generación que, a pesar de todo, no ha renunciado a sus ideales. Ahora mandan los X, pero en la llegada de los millennials veo un soplo de aire fresco que me encanta. Este encuentro generacional, con sus ideas y distintas visiones del mundo, está presente en estos relatos, mecidos con frecuencia por referentes comunes y compartidos, como la música que compusieron los boomers y la tecnología que crearon los X pero sólo los millennials comprenden en toda su dimensión.
¿Qué hay de ti en este libro?
Creo que nunca escaparemos a esta pregunta. La respuesta suelen ser obviedades, así que prefiero contestar con una pequeña historia, ya que soy “cuentista”. Un amigo retratista me hizo una vez un retrato al carboncillo. En plena calle, me senté en un taburete y me pidió que me quitase las gafas de sol, para poder dibujar la expresión de los ojos. También me pidió que buscase un punto lejano en el que fijar la mirada, y que eligiera un pensamiento agradable al que poder volver en caso de distracción, así recuperaría la expresión inicial. A medio retrato llegó una amiga escultora y nos pusimos a charlar sobre cómo construimos cada uno un personaje. El retratista insistió en su idea del pensamiento agradable al que volver. Yo, por mi parte, expliqué que mis personajes solían ser puzles de distintas personas, incluido yo mismo. Terminado el retrato, vi que la distracción había podido con el personaje y que, aunque tenía mi sonrisa, los ojos eran claramente los de la amiga escultora. Así que le dije al retratista: “No me has pintado, me has escrito”.
¿Tienes más proyectos en mente?
Dicen que, cuando publicas, te sientes vacío y necesitas recuperar aire para el siguiente proyecto. En mi caso tengo la suerte de haber escrito una serie de relatos muy cortos, que he venido publicando semanalmente a lo largo de este último año en una revista generalista. Algunos de mis lectores más fieles me están presionando para recogerlos en un libro, así que parece que éste puede ser el siguiente paso.
¿Cuándo y dónde lo presentas?
Estaré en la presentación de autores ACEN en la librería Alibri de Barcelona, el 15 de diciembre. Y el día 20 haremos una presentación individual en Sant Cugat. Así cubro mis dos ciudades, gran parte de los paisajes emocionales donde transcurren las historias de este libro. Seguro que os va a gustar.