Hoy entrevistamos a Ian Carl Hansen, autor del libro Sin tiempo para rendirse

¿Cómo te sientes ante la publicación del libro?

Es una sensación muy especial, algo parecida a lo que siente un papá cuando tiene a su bebé en los brazos por primera vez. 

¿Qué nos puedes contar sobre él?

Bueno, no te contaré lo que se puede leer en la solapa. Hablaré de cómo empezó todo, y empezó con la pandemia. Entramos en la segunda o tercera ola, ya no me acuerdo, otra vez no podíamos movernos mucho, y viajar al extranjero, aunque en teoría era posible, resultó muy complicado. En ese momento me llegó un mensaje de mi hermana, informándome de que nuestro padre se iba a morir probablemente dentro de 48 horas. Fue imposible irme a Alemania, donde vive toda mi familia, en tan poco tiempo, y si hubiera llegado en tiempo, me habría encontrado en cuarentena obligatoria por una semana, porque los alemanes en aquella situación tenían mucho miedo a personas que llegaron desde España. Así que me quedé aquí y mi padre se murió sin que yo hubiera podido despedirme. 

Sentí la necesidad de buscar algo que me conectase con él y su vida. Empecé a buscar en internet, principalmente historias del pueblo donde nací, y de sus habitantes. Quería tener una impresión de cómo fue la vida de mi padre bajo todas las condiciones poco favorables en el siglo XX. Lo que encontré, las historias que descubrí, me conmovieron. Desde luego mi imaginación empezó a crear una peli en mi cabeza sobre las vidas de tantísima gente que no habían elegido su destino deliberadamente, que todos eran víctimas de las circunstancias, sea por completo, sea por parte, —y claro, no sólo en Alemania. Sentí la necesidad de no dejar caerlos en el olvido, quería contar de ellos y ellas, de sus dificultades, de cómo podían sobrevivir, de las heridas y el dolor que sufrieron, que, sin embargo, no les impedía intentar a hacer lo mejor de sus vidas que podían. 

Una vida real no se pinta en blanco y negro, eso solo existe en pelis de Hollywood o en novelas de poca cualidad literaria. Una vida real no se pinta ni siquiera en tonos grises; hay colores, siempre. Desde lejos quizá nos resulta fácil juzgar a una persona, pero cuando entras en su historia, empiezas a entender más, te puedes conectar —por lo menos algo— incluso con personas que normalmente llamaríamos “malas”. En cada uno y cada una de nosotros hay elementos buenos, pero tampoco carecemos de lados oscuros, de partes de nuestra personalidad que pueden hacer daños… 

De todo eso quería contar en el libro. Deseo que la gente que lo lee pueda conectarse con algunos de los protagonistas, quizá incluso con todos, y dejar que les conmueva el heroísmo grande o pequeño, igual como los fracasos personales. 

¿Cómo fue el proceso de creación?

Como ya he dicho, al principio buscaba información en internet. También conocía historias que pasaron en el contexto de mi propia familia. Por supuesto, contar esas historias reales sin más no sería demasiado interesante para la mayoría de nosotros; como autor necesitas crear conexiones entre los cuentos y los personajes. Necesitas uno o varios hilos rojos, debes jugar con motivos que se repitan de una manera u otra. Aunque los lectores no sean conscientes de eso, es importante, pienso yo. En la música es lo mismo, si nunca se repite ningún padrón, ninguna parte de una melodía, es una mala composición que no llama interés. 

Empecé a escribir sin tener las cosas muy claras, simplemente me dejé llevar. Pero poco a poco me di cuenta de que así no funciona. El autor necesita tener una posición clara hacia sus personajes, son su familia y hace falta cuidarlos, aunque algunos no te gusten en absoluto. Dicho eso, llegué a un punto en que tuve que parar. Y poco después empecé con otra novela e incluso la terminé. Pero no la publiqué porque otra vez tenía unas dudas. Pasaron unos meses sin escribir nada, y de repente entré en un estado de claridad. Cambié prácticamente todo en el manuscrito de esta novela, y por fin también sabía cómo terminarla, algo que antes tampoco lo tenía muy claro. 

¿Qué hay de ti en este libro?

Mucho. La postura final que adopté como autor es bastante neutra, pienso, aunque no dudo que se pueda ver fácilmente qué pienso yo de algunos temas, como, por ejemplo, el abuso en general, pero especialmente de niños o adolescentes. Cuando digo que hay mucho de mí en este libro… sabes, cuando era joven las cosas eran fáciles para mí, en el sentido de que me parecía fácil distinguir entre lo bueno y lo malo. Padecía de la arrogancia típica de tantos jóvenes —y no los juzgo por eso, es su prerrogativa natural—, suelen saber todo mejor que los «viejos». Pero a lo largo de la vida no encontré más certeza, no encontré más respuestas a preguntas importantes; es lo contrario, he encontrado cada vez más dudas y preguntas. No obstante, me parece importantísimo tener una brújula ética siempre, aunque tengas dudas o que te sientas inseguro. Hay que buscar lo mejor posible, en cada momento, tanto en sí mismo como en los demás, y hay que actuar adecuadamente. 

¿Tienes más proyectos en mente?

Sí, no sólo tengo otra novela —que necesito revisar por completo antes de que saliera a la luz—, tengo más proyectos en que ya estoy trabajando.  

 ¿Cuándo y dónde lo presentas?

Lo presentamos el día 3 de diciembre en la librería El Imperio en el barrio de Ruzafa en Valencia capital. 

 ¿Tienes alguna red social/blog/web donde podamos contactar contigo?

Quería crear una cuenta en Insta, no me preguntes por qué, pero no me dejaron. Claro, habría sido bajo mi nombre artístico. En Tiktok me dejaron, pero te digo la verdad, no me parece una plataforma adecuada, así que no estoy activo allí. Estoy pensando todavía en una página web para presentar algunas cosas más que me importan, como por ejemplo la fotografía, pero de momento sólo puedes contactar conmigo por email: iancarlhansen@gmail.com. 

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Y, ya sabes, si tú, al igual que Ian Carl Hansen, quieres ver tu obra publicada, no dudes en escribirnos AQUÍ

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