Blanca niña negra es la cuarta novela de Ángel M. Castillo de las Peñas, una novela que habla de la libertad, exactamente de la búsqueda de ella. Y no es de extrañar que el autor haya elegido como protagonista a una mujer, Isolda Muianga, una chica albina nacida en Mozambique.
El autor nos introduce en mundos en los que los sentimientos son la banda sonora de sus páginas, unas páginas cargadas de lirismo, sufrimiento, diversidad y esperanza.
- Cómo te sientes ante la publicación de Blanca Niña negra.
Me siento con muchas ganas de que los lectores se introduzcan en la historia. Muy feliz. Esta novela es un alegato a la libertad y a cómo todos tenemos la fortaleza de salir adelante, de buscar nuestro camino, a pesar de las zancadillas de la vida. Estoy muy ilusionado con Blanca niña negra porque, aunque tiene el sello de mis novelas anteriores, he querido dar un paso más y seguir sorprendiendo a mis lectores; con ganas de que lo lean muchos más.
- ¿Qué nos puedes contar sobre él?
Blanca niña negra es la historia de Isolda Muianga, una niña mozambiqueña que padece albinismo. Lamentablemente, quien padece albinismo en muchos lugares de África son perseguidos, mutilados, con la falaz idea de que atraen la buena suerte. Isolda escapará a Lisboa junto a su abuela Bibibá, que es su luz. Allí forjará su historia y sus fortalezas en busca de su padre Leonildo Muianga que desapareció de África antes de que ella naciera.
Un cúmulo de casualidades le harán volver a su pasado, un pasado de luces y de sombras. El libro habla de la libertad, de lo positivo de lo diverso, de la magia de África, la inocencia infantil y la melancolía de Lisboa.
- ¿Cómo ha sido el proceso de creación de tu cuarta novela?
Esta historia me ha sorprendido porque el proceso ha sido distinto al de las otras novelas. Estuve mucho tiempo pensando en la historia, documentándome sobre el albinismo y sobre Mozambique y, curiosamente, los capítulos fueron fluyendo sin tener una historia cerrada. Siempre me ha gustado tener el final pensado, en Blanca niña negra no ha sido así, el final me sorprendió de repente, mientras escribía con música de fondo: música africana en los capítulos sobre África y la melancolía de los fados mientras hacía los capítulos de Lisboa.
Curiosamente, las primeras palabras de la novela las escribí allí, en el corazón de Bairro Alto, justo en el lugar donde vivirá Isolda.
- ¿Qué hay de ti en este libro?
Desde mi primera novela, Parecían Sombras, siempre me tomo las novelas como un juego con el lector, un puzle que tienen que ir construyendo. Me gusta la sorpresa, no dar nada por hecho y siempre con sucesos que ocurren y nadie espera. Hablo del amor, de la amistad, de la música. En este libro, a pesar de su dureza, el optimismo intenta vencer a lo cruel. Solo el lector podrá descubrirlo.
- ¿Tienes más proyectos en mente?
¡Sí! Tengo infinitos proyectos, estoy experimentando otras formas que no son solo novela. Tengo dos poemarios infantiles rodando en certámenes de poesía para niños, escribiendo muchos relatos de distinta temática. Tengo ganas de muchas más cosas: micro teatro (alguna obra en el cajón hay ya escrita), poesía para niños, para adultos, relatos y como no, ya está en marcha la quinta novela, pero todo a su debido tiempo. Ahora es tiempo de reflexión e hilvanar ideas.
- ¿Cuándo y dónde presentas Blanca Niña negra?
El sábado 28 de septiembre la presento en Madrid, en el café literario María Pandora (Plaza Gabriel Miró 1, Las Vistillas) a las 17 horas. ¡Estáis todos invitados! Un lugar idóneo en pleno centro del Madrid más castizo donde habrá varios invitados y muchas sorpresas. ¡Y muchos regalos!
Después pensamos rodar por más lugares: Castellón y presentaciones colectivas seguramente en Barcelona, Valencia, lo iré anunciando en mis redes y en la página web https://angelmacastillo.wixsite.com/escritor
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Mucho éxito.
Enhorabuena, Ángel.